Datos personales

Mi foto
Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

sábado, 8 de abril de 2017

ALIEN - PROMETEUS - Ridley Scott









Ante el inminente estreno de "Alien Covenant" dirigida por uno de mis directores favoritos Ridley Scott, he vuelto a visionar Prometeus, que en su día cosechó una miriada de malas críticas que como siempre me ocurre no estaba de acuerdo en absoluto.

Creo que este director dirige films para personas "inteligentes" o normales a quienes les gusta el buen cine, que no para críticos deseosos por todos los medios enviar dardos envenenados contra un auténtico genio del cine como es este director genial bajo todos los angulos que se le examine.
Hitos de cine, suyos son:

Alien
Blade Runner
Thelma y Luise
Gladiator
Black Rain
La sombra del Testigo
American Ganster
Prometeus
Un Buen Año
Los impostores

Estas dos últimas en plan comedia.

La envidia no tiene límites y a la menor equivocación los cuevos picotean sin piedad.

Prometeus es la perfección hecha cine, ningún error, las imagenes son asombrosas, el desarrollo es singular, entendible, y absorvente aunque eso si es necesario una mente abierta carente de prejuicios para captar el mensaje.

Ardo en deseos de ver y admirar su próximo film que estoy casi seguro volverá a cosechar las críticas despiadadas de los llamados "entendidos"a los cuales casi nunca hago caso, tengo mi propio criterio y sigo la carrera de los directores que considero fuera de lo común.

Genios de septimo arte capaces de producir y dirigir cualquier tipo de genero con una maestria digna de libro.

Peliculas de Ridley Scott  como premios a su labor son inmumerables, así como producciones de Televisión que siempre alcanzan un prestigio y una solvencia que animan a sus seguidores a no perderse ninguna de ellas.

Me cuento entre ellos.





La belleza de Santander y su playa del Sardinero










el gatufo

miércoles, 5 de abril de 2017

LES BALLETS DE TROCKADERO







Una actuación memorable para una compañía "de hombres" que ejecutan Ballet clásico, combinando belleza con carcajadas de un público absolutamente entregado que aplaude con la mejor disposición de disfrutar de un espectaculo sin igual.

En mi caso, amante del Ballet "serio", puedo atestiguar la perfecta sincronia entre lo serio, lo perfecto y el delirante humor que derrochan estos profesionales de la danza en la exigencia mas estricta que se espera de todo aquel que se aventura en estas lides.

Toda la compañía es absolutamente "maravillosa" en el devenir de sus coreografias de exquisito ballet aderezado con sus pantomimas mas 
delirantes o incluso grotescas.

No diría que son buenos o muy buenas, son simple y llanamente extraordinarios haciéndonos pasar a los amantes del "arte" dos horas de auténtico disfrute.

Perfecta sincronía, caidas espectaculares en los momentos mas delicados, algún empujón que otro para figurar en primer lugar, diferencias grotescas en lo relativo al "tamaño" pues una primera bailarina altísima hace pareja con un menudo o casi canijo primer bailarín que se mueve con agilidad inigualable.

¿Como es posible desplazarse tan rápido de puntillas recorriendo una y otra vez el escenario de extremo a extremo?.
La preparación y la fuerza física requerida es inimaginable, pues la 
bailarina pesa lo suyo, altísima, se mueve como si fuera una pluma sin
ningún sonido al deslizarse.

El público ve lo que espera ver con creces y aplaude a rabiar. 

Nunca he escuchado mayores aplausos en el Teatro del Canal como los de ayer tarde.

Perfectos bailarines/nas y gran sentido del humor.

¿Que mas podemos pedir?

Sobresaliente sin dudarlo, difruté a tope con todos ellos y ellas, pues algunos parecian las bellas bailarinas que nos deleitan con "El Lago" u otros clásicos de siempre.

Mi mas sincera enhorabuena para esta compañía clásica de "Les Ballets de Trocadero de Montecarlo" que nos hacen disfrutar en todos los sentidos imaginables, tanto a los amantes del ballet clásico como a los que no lo son y tratan de pasar un buen rato con un divertimento delirante y bello.

Gracias a todos vosotros por vuestra gran labor difusora del mejor ballet y el humor.







el gatufo






domingo, 2 de abril de 2017

PARA OTROS NO CUENTA EL DINERO




Si vas de snow progre y no deseas asistir a ninguna ceremonia no corras posteriormente a recibir casi a escondidas el Nobel y por supuesto
la pasta gansa que no te incomoda en absoluto.

Haz como el Ruso Grigori Perelman, ni premio, ni galardon, ni nada, mutismo
y reconocimiento a la labor de otros.


La institución estadounidense dedicada a la difusión de las matemáticas había presentado en 2000 siete "problemas del milenario" prometiendo una recompensa de 1 millón de dólares a cambio de la solución de cada uno de ellos. Sólo tres años después de lanzado el desafío y ante la sorpresa general, Grigori Perelman anunciaba la solución del problema planteado en 1904 por el francés Henri Poincaré, sobre el cual "había trabajado en secreto durante siete años", explicó Cédric Villani, director del Instituto Poincaré en Paris. Ignorando las normas de la prensa científica, Perelman, de 43 años, había publicado su solución en un portal de internet. Sus resultados fueron después verificados por otros matemáticos.

Cabello despeinado, barba hirsuta, uñas largas, mirada reconcentrada, a veces perdida, ropa vieja. Quien se tope con este personaje en la calle -cosa difícil, porque casi no sale ya de su apartamento, salvo a comprar alimentos a la tienda más cercana- seguramente lo tomará por un simple vagabundo, un bombzh. A nadie se le pasaría por la mente que ese hombre desaliñado es un genio, el mayor matemático de los últimos tiempos, que encaja en el paradigma del científico chiflado. 

La gente considera que efectivamente ha perdido la razón, pero no por su dudosa higiene y aspecto, sino, ante todo, por haber rechazado el millón de dólares de recompensa que le otorgó el Instituto Clay de Matemáticas (Massachusetts, EE UU) por haber resuelto la conjetura de Poincaré -uno de los siete problemas del milenio-, y se negó a recibirlo a pesar de vivir con su madre en precarias condiciones.

En la prensa:

El matemático ruso que rechazó un premio de un millón de dólares se explica

cómo manejar el Universo. Ahora díganme ¿por qué tendría que correr a buscar un millón?", resumió Perelman.
El matemático fue declarado el ganador del Premio del Milenio por resolver la Conjetura de Poincaré, uno de los siete problemas del milenio. El genio ruso, que abandonó en 2005 su trabajo de investigador en el Instituto de Matemáticas Steklov, solventó el problema y, tras negarse a explicarlo en revistas como Nature, expuso su demostración por internet en 2002 para el acceso de todo el mundo.
Con esa demostración ya ganó en 2006 la medalla Fields, considerada popularmente el Premio Nobel de las Matemáticas, pero nunca acudió a recogerla en Madrid y también rechazó el premio en metálico.
Tras no encontrar ningún fallo sustancial en la demostración de Perelman, la comunidad científica internacional concluyó que el matemático ruso, que dedicó ocho años de su vida a resolver ese problema, había desentrañado el enigma enunciado por el francés Henri Poincaré en 1904.







el gatufo

DOLARES CUENTAN / Mundo literario está de luto


Estación Central de Amsterdam - Vestibulo







BOB DYLAN

El último Nobel de Literatura si se acerca, parece, a por la pasta
que no a la ceremonia.

En la prensa hoy:


El cantautor estadounidense Bob Dylan ha recibido este sábado en Estocolmo el diploma y la medalla del Nobel de Literatura, casi cuatro meses después de la ceremonia oficial de entrega de los galardones, a la que no asistió.
Varios miembros de la Academia Sueca, entre ellos su secretaria permanente, Sara Danius, y su predecesor, Horace Engdahl, lo confirmaron a la televisión pública de Suecia (SVT) a la entrada de un concierto del músico en la ciudad. Como se esperaba, la entrega tuvo lugar en la intimidad y sin presencia de los medios de comunicación.Ayer saltaban las alarmas tras conocerse, por el mismo blog de Danius, que la Academia Sueca no tenía noticias del cantautor estadounidense y que estaba en juego su dotación, unos 900.000 dólares.
«La Academia Sueca comunica que no ha tenido lugar ninguna conversación telefónica con Bob Dylan en los últimos meses. Dylan es consciente de que la conferencia de recepción debe celebrarse a más tardar el 10 de junio si quiere recibir la dotación económica», señaló hoy en su blog su secretaria permanente, Sara Danius. Danius recordó que así lo establecen los estatutos de la Fundación Nobel y que lo que el músico decida «es cosa suya».
Inmenso ridículo el de la Academia Sueca que concede el Nobel 
¿a quien?.

Ellos sabrán.


A mi su voz, la de Dylan, no me gusta nada en absoluto, ni su forma de cantar, ni entiendo su ingles, por tanto jamás me he fijado en el signifi-
cado de sus letras.
Y me pregunto ¿quien además de el canta canciones de Dylan?

Hace años las cantaba Joan Baez que creo llegó a ser su novia, 
compañera o algo parecido, pero ahora?.

No lo se, no se quien puede cantar sus canciones con letras
maravillosas al parecer, pero solo escuchar su voz no me apetece 
para nada leerlas o entenderlas.

Y casi es de mi generación, algo mas mayor, increible que a lo largo
de decenas de años en los que he comprado miles de cd., vinilos, 
cintas, videos, he escuchado canciones de infinidad de grupos de 
antes, los cincuenta, sesenta, de los ochenta, noventa y de ahora
mismo de este genio no tenga ni uno solo.

Conclusión, no estoy de acuerdo en absoluto con ese premio. 
Tampoco lo estuve cuando le dieron en Principe de Asturias, que por cierto no se digno venir a Oviedo, Asturias, a recoger.

Se considera por encima del resto de los mortales, aunque doy por 
hecho que los euros si los aceptó.

El Nobel de Literatura, pues que bien, a lo mejor echo una ojeada
a sus letras pues me ha picado la curiosidad.
O no teniendo en cuento el orgullo pueril que derrocha este señor que ni tan siquiera se da por enterado del premio, ni da las gracias, ni comunican con el los suecos, creo que seguiré sin leer las letras merecedoras del Nobel según la Academia Sueca.

¿Habran perdido el Norte a pesar de que están en el?.

¿Y que me dicen de HARUKI MURAKAMI no merece el Nobel cien veces mas que Dyan?.

Vivir para ver.

P.D  En el colmo de la desfachatez este señor que se cree alguien superior a los demás y dice que no asistirá a la ceremonia de los Nobel, no estará presente y no recogerá el su galardón, pero si el dinero pues a pesar de sus canciones protesta y reindivicativas la pasta le gusta a casi todo el mundo y a el parece ser que también.

No les está mal a los señores de la Academia Sueca y casi me alegro del ridículo que han hecho entregando un Nobel de Literatura a este cantaoutor de los sesenta que ni tan siquierá se dignará acudir a la Ceremonia ni a recoger el galardón.

El dinero si por supuesto, igual que hizo cuando los estúpidos de mi país España le dieron el Premio Principe de Asturias, tomó el dinero pero no acudio tampoco a recibir el honor ni a decir una palabras.

Otros famosos, mucho mas que Dylan, si acudieron y mostraron su agredicimiento por el premio y el honor recibido.
Woody Allen.....por ejemplo
Leonard Cohen....también vino e incluso pronunció un discurso sumamente emotivo, y que por supuesto me gusta o me gustaba muchísimo más que el susodicho cantautor Dylan.

Leonard Cohen nos dejó este año, una pérdida muy dolorosa para mi
acerrimo admirador de el como persona, como poeta, y como cantante.
Vayan mis condolencias a toda su familia y amigos.

Leonard siempre estarás en mi corazón y en mi mente, mientras la conserve intacta, que ya será por poco tiempo supongo.








El mundo literario está de luto


¿De qué hablaron los jueces reunidos en Estocolmo? ¿A quién quería impresionar el comité de los Nobel? Decidieron concederle el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan, uno de los compositores de música más famosos de nuestro tiempo. Se rinde homenaje a un poeta y cantante, en vez de a un escritor. La sorpresa fue calculada con grandilocuencia. Ha sido una forma de congraciarse con los seguidores de Dylan. Muchos celebran: ¡Por fin se lo dan a Bob Dylan! Pero lo que han pasado por alto es que el jueves fue un mal día para la literatura.

Aunque algunos no lo quieran admitir, el mundo literario está de luto. Editoriales, escritores y lectores. Todos deseaban ese Premio Nobel. Y es que un Premio Nobel de Literatura puede ser muchas cosas: el reconocimiento a una obra literaria, como en el caso de Günter Grass; un estímulo para autores audaces, como en el de la bielorrusa Svetlana Alexievich el año pasado; una señal política, como ocurrió en el caso del chileno Pablo Neruda; o simplemente un faro para la inagotable producción literaria. El premio que recibió Bob Dylan actúa como un mal y premeditado reconocimiento a la nostalgia.
El comité, desde luego, no se ha cubierto de gloria. La elección de Dylan significa que no han podido encontrar a ningún escritor mejor que él. ¡La literatura no se merecía esta muestra de incapacidad! Impotentes se han quedado también las referencias a los antiguos griegos, que cantaban sus letras en vez de recitarlas.
Especialmente dudoso resulta ahora el amplio concepto de la literatura supuestamente moderna que promueven los jueces. 
Las canciones, sin embargo, no son poemas. 
Son canciones.

Había numerosas alternativas

Si lo que estaba pensando Estocolmo es cómo renovar la literatura, ¿por qué no le concedieron el premio a la joven escritora estadounidense ganadora del Premio Pulitzer Jennifer Egan? ¿Y qué hay del nigeriano Teju Cole, o la poeta canadiense Anne Carson? Las tres son grandes voces literarias. ¿Por qué el comité no eligió a un escritor procedente de un país en desarrollo? De esa parte del mundo han salido pocos Premios Nobel. El jurado podría haber elegido, incluso, a un escritor que publique sobre todo en internet.
Pero nada de esto sucedió. En cambio, decidieron darle el Premio Nobel de Literatura a un hombre que ya no sabe qué hacer con tantos premios y honores. Hay una cosa cierta: Bob Dylan no necesita un Premio Nobel de Literatura, pero la literatura sí necesita un Premio Nobel. La autora alemanaSybille Berg tuiteó haciendo un guiño a la arbitrariedad de la decisión del jurado de los Nobel: "Mis oportunidades de conseguir el Premio Nobel de Física han aumentado de forma dramática”. Por desgracia, tiene razón.

Stefan Dege, redactor de Cultura de DW.

martes, 28 de marzo de 2017

ESPERANZA O FINAL 7º





Las fotos que ilustran esta breve historia apocaliptica, tomadas por emiliano hace dos años, son un homenaje para las victimas y sus familias de este absurdo y cruel antentado en Londres, Westminster, que ha causado tanto dolor en todos nosotros y en especial a las familias y amigos de los asesinados.
Todos los amantes de la paz y de esta ciudad única por su belleza, sinónimo de Democracia, nos sentimos unidos a los Londinenses en su dolor.
Yo en especial me siento unido a los guardias desarmados que custodian las puertas del Parlamento, amables, cordiales, figuras inseparables de ese vetusto símbolo que con suma cortesía se prestaron a posar conmigo y a que les tomaran una foto con emiliano cuando estuvo allí admirando el Parlamento.
Gracias amigos siempre os voy a recordar  en especial a  Keith Palmer, heroe asesinado que entregó su vida tratando de ser obstaculo para el agresor.
Mis oraciones van siempre para el su familia y las otras víctimas de la sinrazón.

emiliano



Capitulo 14


Mis sentidos están saturados, ya no distingo el hedor de la muerte de otros olores igual de repugnantes.
Con tres cadáveres dentro de la casa lo inimaginable es pasar la noche profundamente dormido, como ha sucedido, igual que han hecho mis otros compañeros. El cansancio es devastador y el sueño es inevitable y muy bien venido.

Hemos procurado turnarnos, peor que bien, para vigilar que nada ni nadie nos de una desagradable sorpresa.
No las ha habido, el silencio es sepulcral, solo lo rompe algún tremendo alarido de muerte cuando algunos de los que escapan amparados por la noche son vilmente cazados y exterminados al momento.
¿Qué objeto tiene asesinar a quien ya está sentenciado?. 
¿Robarle?. 
¿Para que?, me pregunto, si ya casi nada tiene valor en un mundo infernal que se destruye a si mismo y a todo ser que respira.
Está amaneciendo y estamos preparados para abandonar la casa.
Llevamos máscaras, armas, trajes especiales y provisiones cargadas en tres carritos.
Pesan como el plomo y han bajado danto tumbos por las escaleras con riesgo de romperse y desparramar todo su contenido por los escalones.

A pesar del estruendo nadie ha salido por puertas cerradas y silenciosas. No parece haber nadie dentro de los pisos o sus ocupantes yacen muertos ya sin remedio.
El aire es irrespirable creo, no me atrevo a comprobarlo tapadas mi nariz y mi boca por una confortable máscara que me da la vida.
Todos llevamos una con sus respectivos depósitos de oxigeno vital. 
Aceleramos el ritmo esperando llegar a mi casa en un par de horas a lo sumo.
El entorno es irreconocible y a penas puedo orientarme. Sorteamos árboles caídos putrefactos ya al igual que los montones de cadáveres o cuerpos diseminados por todos los sitios.

Caminad, no entreteneros, no mirar, procurar no resbalar con esa mugre infame que cubre el suelo, nos va diciendo nuestro amigo mientras arrastra el carro mas pesado y lleva a los dos hermanos enganchados a su otro brazo.
La mujer joven increíblemente recuperada arrastra otro carro ayudada por su hijo.
Yo arrastro el menos pesado aunque para mi resulta cargado con plomo.

Estamos llegando ya, mi corazón salta alborozado pensando en abrazar a mi esposa. No deseo pensar en que pueden no haber sobrevivido. 
Una voz me dice que es imposible encontrarlas vivas, pero no la escucho, la esperanza sigue viva y me permite seguir moviendo mis piernas.
Mi barrio al fin.
Lo que veo y voy pisando, no me impide pensar que estoy cerca de casa, mi casa como diría ET,  mi corazón se acelera según la distancia se acorta.

Ansío con todas mis fuerzas abrazar y besar a mi esposa, pero el temor me atenaza cuando pienso en las pocas posibilidades que hay de encontrarla viva.
¿Y la muchacha?, ¿se habrá marchado con su hijo sin esperarme?. Cuando sopeso sus posibilidades constato que son nulas. Imposible atravesar la ciudad sin perecer en el intento.
Nunca el barrio fue agradable o limpio, pero ahora no puedo apreciar la diferencia con los que he ido atravesando. 
Todos son inmundos e inhabitables.

El polvo y la suciedad lo cubre todo, los cuerpos se amontonan por doquier, coches aplastados obstaculizan el paso al igual que troncos y ramas podridas de los árboles. 
Infinidad de ratas proliferan entre los cadáveres, la mayoría muertas y mordisqueadas por sus congéneres que se mueven entre ellas.
Resulta asqueroso y fascinante ver semejante espectáculo, no es una película de terror, es tu barrio, es tu mundo, es la realidad de un entorno que agoniza.
El ser humano no tiene sitio, otras especies lucharán por sobrevivir y el alimento no les va a faltar.
Tampoco carecerán de oxigeno pues una vez exterminados los grandes mamíferos, incluidos los humanos, el aire restante será suficiente para insectos y alimañas que a miles corretean ante mis ojos.
Pisamos cucarachas por cientos, otras suben por las piernas y llegan hasta nuestro rostro. 
Ocupadas las manos no podemos sacudírnoslas de encima.
A estas alturas ya no me importan, siempre me fueron repugnantes y aterradoras, pero ahora todo es mas horripilante que cualquier insecto vivo que repte por mi cara o piernas. 
Ni tan siquiera tendría fuerzas para espantarlas en el caso de que pudiera hacerlo.
Les comento, solo nos queda llegar al final de esta calle que encontramos  a la derecha, otro giro a la izquierda y estaremos frente a los bloques donde está mi casa.
Genial, en pocos minutos estaremos allí, me responde Luis que camina con soltura arrastrando el pesado carro lleno de comida y armas. 
Como se las ingenia el para caminar de esa forma para mi es un misterio. Sortea obstáculos con una agilidad pasmosa, levantando casi en  vilo a las criaturas que lleva cogidas de su otra mano.

Escuchamos voces y ruidos de pisadas amortiguadas por la masa informe que cubre el suelo.
Son renegados me susurra, tenemos que escondernos, pero ¿donde?. No hay escondite a la vista, solo pegarnos a la fachada y esperar que no giren la calle continuando recto.

Si enfilan la calle en la que estamos, casi en la esquina, nos verán sin remedio.

Me alarga una pistola a la que miro con asombro. Es la primera vez que tengo un arma en la mano.
Apunta firme y dispara, me dice, es fácil, he quitado el seguro. Solo tienes que apretar el gatillo según enfiles el arma hacia el sujeto al que quieras abatir.
Se acercan, no son muchos, tres o cuatro por el ruido y la conversación que llevan. Ríen y se jactan de sus proezas. Han liquidado a una pareja que llevaba caretas y provisiones. Tienen cuerda para varios días gracias al botín que engorda en su poder. Parece que satisfechos disfrutando con el dolor ajeno.

De donde ha salido esta caterva de desalmados que siembran todavía mas terror entre los pobres supervivientes.
Ni tan siquiera serán soldados renegados, visten sus uniformes arrancados una vez muertos su propietarios e incluso alguno se ríe de ello, de lo listos que son confundiendo al personal que piensa llegan en su ayuda.
Se acercan y los matan sin disparar un solo tiro apropiándose de las pertenencias que les interesan. Máscaras, botes de oxigeno, armas y provisiones. El dinero ya no les sirve, solo joyas o adornos semejantes tienen valor para ellos.

Están doblando la esquina. El estruendo de un disparo me saca del estupor que me embarga. Uno de ellos salta hacia atrás impelido por la fuerza de la bala que lo atraviesa en el pecho. La sangre salta en un chorro incontenible tiñendo de rojo la sucia camisa verde y queda tendido boca arriba en el suelo. De inmediato suena otro disparo y el segundo sujeto se tambalea y cae de bruces sobre la pared. Se escurre y de rodillas queda quieto sin proferir ninguna exclamación.
Dispara Emiliano, me gritan, y sin pensarlo apunto al más próximo y aprieto el gatillo. Una flor roja brota en el hombro y gira sobre si mismo como una peonza hasta que se derrumba.

El otro sujeto trata de sacar un arma inútilmente, suena el cuarto disparo que le destroza la frente e impulsado se estampa contra un árbol derruido sobre la acera. 
En un instante cuatro cuerpos más engrosan el montón de muertos. 
Estoy mudo y horrorizado. He matado un ser humano sin dudarlo. Primera y última vez, pienso, pero estoy equivocado y pronto tendré ocasión de comprobarlo.



Capitulo 15


El corazón pareciera salir fuera de mi pecho. Los latidos tienen que ser escuchados por mis compañeros en el opresivo silencio que nos rodea. De repente siento una mano que acaricia mi rostro y una voz profunda suena en mis oídos. Tranquilo Emiliano, todo estará correcto, tranquilo, es seguro que tu mujer te espera en casa.

Aparto mis ojos de la añorada terraza, mi terraza, y veo a ¿Cuál es tu nombre? le pregunto a la mujer que nos acompaña.
Soy Lidia, y mi hijo es Carlos, te debemos la vida y estoy segura que encontrarás a quien amas viva, esperando que vuelvas cada segundo del día, no te rindas ahora. Mereces ser recompensado por tus buenas acciones igual que tu amigo Luis.

Gracias Lidia, que Dios escuche tus palabras, voy a estallar si seguimos aquí mirando la casa.
Vamos, el último esfuerzo, que ya casi hemos llegado, comenta mi amigo reanudando la marcha.
Le seguimos como sonámbulos y la angustia se abre paso de nuevo en mi pecho.

Las llaves, grito, las llaves vuelvo a repetir llevándome las manos a la cintura donde até la cartera de viaje que durante años me acompañó en mis viajes. Tanteo, palpo el contorno de mi cintura, y si, ahí está, siento la dureza de unas llaves que esperan ser utilizadas de inmediato.
Esperad, les digo, voy a sacarlas ahora mismo.
Ni se te ocurra, me comenta Luis. Espera a que estemos frente a la puerta en el portal del edificio. Si se te caen ahora resultará imposible encontrarlas sumergidas en esta masa informe de detritus y porquería que llena el pavimento.
Retengo mi ansia y seguimos caminando medio arrastrándonos por mitad de la calle. 
Cuanta razón tiene mi compañero, si las llaves se me cayeran en este revoltijo enorme que hay sobre el suelo sería muy complicado encontrarlas.
Estoy llegando, Dios mío, estoy llegando. Que ella esté bien, que esté viva y el resto también, te lo pido Señor, ayúdame y concédeme la gracia de volver a ver con vida a mi querida esposa.
Me esperan rodeando el portal, todos me miran y yo voy moviendo unos pies que se niegan a dar un paso. Temo lo peor y retraso conocer lo peor. Que dure esta ilusión, pienso, deja que dure y retrasa todo lo que puedas abrir la puerta de tu casa, me dice una voz asustada.
Venzo la tentación, no puede ser tanta cobardía me digo, abre ya cuanto antes, seguro que necesitan tu ayuda de inmediato.

Apremiado por esta idea me pego al portal, aunque una mano me detiene en la acción de buscar y sacar las llaves.
Déjame a mi, tu estás demasiado alterado, y diciendo esto Luis mete sus manos por mi camisa, desata la hebilla que sujeta la cartera de trapo a mi cuerpo y cuidadosamente saca la misma a la mortecina luz de día.
Despacio con mucho sosiego abre la cremallera de la cartera y mete su mano por el hueco. Las llaves aparecen sujetas firmemente entre sus dedos. Examina el manojo y a la primera, sin dudar, inserta una en la cerradura del portal. Acierta, gira dos vueltas y abre la puerta.

Ir pasando nos dice, tu primero es tu casa y lo mereces. Así lo hacemos con sigilo y sin proferir una palabra. Una vez todos reunidos en torno a el, me entrega las llaves con cuidado para lo cual toma mi mano, la abre, deposita el manojo contra la palma y cierra mis dedos firmemente. Ten cuidado, me dice, que no se te caigan.
Tu vas a subir solo, nosotros esperamos aquí, no deseo que tu gente se asuste al vernos. Déjalo todo aquí, tómate tu tiempo y si necesitas ayuda, la que sea, me llamas. Yo subiré de inmediato a tu voz.
¿Te atreves a enfrentar la prueba mi amigo? me pregunta, y afirma.
Todo está bien, vas a encontrar a los que amas perfectamente, vete seguro de ello.

Me empuja con suavidad hacia las escalera y yo comienzo a subir refrenando mi angustia y la insana impaciencia por encontrar ¿que? me pregunto, ¿a todos muertos?.
No, Dios mío, no, que no sea así. No lo permitas.
Vivo en el segundo C, y poco a poco llego al descansillo del primero. No encuentro nada que no sea suciedad extrema. No hay nadie, ningún cuerpo de persona o animal. Tropiezo y caigo ruidosamente sobre los escalones. Se escucha el batacazo por todo el portal, Ay, puff, que daño exclamo.
De inmediato escucho el ruido de una puerta que se abre y al segundo una forma peluda se arroja contra mi pierna. Se agarra a ella mientras un largo y sonoro miaauuu, miaaauuu, se escucha en mis oídos como música del Cielo.

Es mi gato, es Gatufo, no me lo puedo creer. Ha salido como un rayo hacia mi cuando alguien ha abierto la puerta de mi casa al escuchar mi queja.
Estáis vivos, estais vivo, grito sin poder contenerme y salgo impulsando hacia arriba llevando a Gatufo en mis brazos.
Querido, mi querido Gatufo, está vivo repito una y otra vez mientras las lágrimas y los sollozos no paran de repetirse fuera de mi alborozada alma.
Gracias, gracias, estáis vivos vuelvo a exclamar como un loco poseso.

Una alegría inmensa inunda todo mi cuerpo que galopa hacia arriba sin ver donde pongo los pies.

Escucho su voz, existe la gloria entre tanto dolor, me llama y vuelo atravesando la puerta de mi casa sin mirar ni ver a nadie. Corro hacia su voz que sigue llamándome sin parar.
Hola, me dice, hola amor mío. Estás aquí conmigo, gracias, gracias, estás aquí.
La veo sentada en su silla y me mira, sonríe y extiende sus brazos hacia mi. Caigo de rodillas y reclino mi cabeza sobre su regazo. Lloro, lloro como el niño que soy sobre sus senos que me acogen con calor y ternura. Sus brazos me rodean y me tranquilizan suavemente. 
Estás viva, repito incesantemente, estás viva. Gracias Dios mío, estás viva.
Pues claro que lo estoy, ¿Cómo no iba a estarlo?. Te estaba esperando y no podía dejar de estar presente cuando volvieras. ¿Que hubieras pensado de mi si no me encuentras?, me dice gozosa y con el punto de ironía que siempre ronda sus palabras en situaciones comprometidas. 
¿Que esperabas?, no podía marcharme sin esperarte querido mío.

Me levanto, la beso una y otra vez, finalmente nos fundimos en un profundo y largo beso que es eterno. Dura toda nuestra vida y no deseo separarme de ella, de sus labios, de su cara, de su cuerpo, nunca más.
Cuanto te he echado de menos la digo, solo el deseo de verte me ha permitido sobrevivir a tanto horror.

Calla, calla y sosiégate, me dice enjuagando mis lágrimas que no cesan de brotar.

De repente caigo en la cuenta de las personas que esperan abajo y trabajosamente me aparto de ella.
Debo de avisarles, me digo, aunque ya estoy escuchando pasos que se dirigen a donde estamos.
Veo a Gloria, al pequeño, y ¿a quien más?. Es Miguel, no lo puedo creer, ¿Miguel?, exclamo. 
Claro, mi amigo, quien iba a ser. 
¿Pensabas que me iba a olvidar de vosotros?

¿Y estos quienes son?, exclama apartándose y cediendo el paso a mi otra familia que callados, sucios, derrotados van llenando mi salón con su presencia.

Nos habías olvidado, me comenta mi amigo con una sonrisa, y mira con interés a su alrededor.

Tu eres Cuca, su esposa, dice, y se adelanta hacia ella cogiendo su mano y besándosela.
Encantado de conocerte querida Cuca, dice, estos son los invitados que tu marido se ha traído a tu casa. Espero que no te importe.

Asombrada Cuca mira a todos y cada uno de los seres que con timidez la miran a ella.
Miguel y Gloria los miran a su vez con enorme extrañeza, quienes son estos se estarán preguntando, y movido por su curiosidad comienzo a citar sus nombres para dárselos a conocer.

Es tal mi emoción que confundo los nombres y tengo que callar incapaz de pronunciar palabra.
Las lágrimas vuelven a inundar mis ojos y resbalan sin parar por mi cara. 
Están vivos pienso una y otra vez, pero no puedo evitar que un insidioso pensamiento resbale entre tanta dicha.

Vivos si, ¿pero por cuanto tiempo?, lo aparto pero con insidia vuelve a resonar en lo mas profundo de mi cabeza.

¿Por cuanto tiempo?.



Capitulo 16


Vuelvo a estar en casa, es lo único que importa, pues durante estos días que estuve en la calle pensé que ya nunca iba a regresar, moriría sobre el asfalto, asfixiado, asesinado o de sed e inanición. 
La forma era lo de menos, la muerte estaba asegurada.

Lo peor era sentir que no vería nunca más a mi querida esposa, no saber si estaba viva o muerta, no poder decirla estoy aquí contigo, he regresado, nunca debiera haberme marchado de tu lado. 
Ahora otra ver la tengo en mis brazos, la beso, la arrullo, le digo una y otra vez te quiero para lo que me quito y me pongo la máscara de oxígeno con el perjuicio que esto ocasiona en mis pulmones.

Me es igual, necesito decirle todo lo que he vivido, lo que siento, que ya nunca me alejaré de ella aunque todo es innecesario pues ella lo sabe y no hace falta que yo le diga nada. 
Me han contado que Miguel llegó a casa, pudieron abrirle a tiempo, y con las mascarillas de oxígeno, agua y comida que el traía, nadie sabe de donde, pudieron sobrevivir todos estos días hasta que regresamos nosotros.
En realidad sigo aturdido, no entiendo lo que me dicen, simplemente descanso disfrutando el hecho de haber regresado y sentirme entre los míos.
Hablan de marchar, de ir hacia el norte como la única posibilidad de ponerse a salvo, a mi no me interesa, solo quiero descansar, ver a mi compañera de toda la vida. Cuidarla mientras siga vivo sin abandonarla nunca.

Sus ojos muestran la alegría que siente al verme, no dice nada dejando que hablen los demás.

Y no paran de estudiar los mapas, hacer proyectos de marcha, calcular para cuanto tiempo les durarían las mascarillas de oxígeno, la comida, el agua, sus fuerzas y así vuelta a empezar en cuanto descansan lo necesario.

Urge marchar dicen, y preparan bultos e idean formas de transportarlos.
Sobre mi esposa no dicen nada, ella no camina, está permanentemente en su silla de ruedas pues no tiene ya fuerzas de utilizar su andador. Su enfermedad ha avanzado significativamente y vuelve a incapacitarla mucho más que antes cuando quedó en la casa.

Resulta inimaginable pensar en llevarla por la calle, 
¿Cómo y quien?. Nunca ha aceptado de buena gana que nadie cargue con ella y ha preferido no salir a tener que verme empujar su silla de ruedas.
Al final compramos una eléctrica ahora inservible pues no hay donde cargar sus baterías.

No hemos hablado sobre la posibilidad de marcharnos, pero se lo que ella piensa y su decisión irrevocable está tomada. 
Ella desea que la dejemos en casa, que me vaya yo, que salve mi vida y que la deje a ella para abandonar una vida que le agota.

No va a ser así pero prefiero no pensar en ello, deseo abandonarme al momento feliz de haber regresado, descansar en mi cama. 
Dormir al lado de mi esposa, pensar que mis hijas están a salvo y descansar.

Descansar para siempre.




FIN









SE ACERCA EL FIN 6º








Capitulo 12

Escucho ruido, una voz que me llama, alguien o algo esta acercandose a mi espala y los
escalofrios recorren mi espina dorsal, tengo el vello erizado y mi corazon late desenfrenadamente.

Con esfuerzo y lentamente voy girando mi cuerpo para enfrentar la voz que requiere mi ayuda.
El tufo a podredumbre y muerte impacta mi nariz produciéndome profundas
arcadas que inutilmente sacuden mi cuerpo. No hay comida ni bebida que pueda arrojar y los espasmos que siento me producen un agudo dolor en el diafragma.
De inmediato un tremendo dolor de cabeza despierta de su letargo y comienza a golpear mis sienes como si la sangre fuera a brotar de ellas.
Cuanto tiempo, pienso, te estaba echando de menos querida jaqueca que toda la vida me has acompañado.
Trato de contenerme y encaro la cara del ser que emite quejidos solicitando mi ayuda. 
Una especie de garra me aferra el brazo haciéndome casi daño, compruebo que es la mano de una mujer joven absolutamente esquelética y sucia hasta límites inimaginables. Su hedor es espantoso, tira para atras, y a duras penas logra mantenerse en pie sujetándose de mi brazo.
A su lado hay un crio pequeño, unos cuatro o cinco años, que al igual que ella hiede. En un paroxismo de casi locura imagino que no son seres vivos, son zombis, han resucitado tras estar varios días muertos y ahora reclaman mi sangre.
Ayudame, repite "la zombi" con ya apenas un hilo de voz y separando la mano de mi brazo señala al pequeño.
Es mi hijo, dice, y quiero que te lo lleves, que te hagas cargo de el pues yo me muero. 
No deseo que mi hijo se quede junto al cadaver de su madre y vea como se pudre, esperando el mísmo morir sin nada que comoer o beber. 

Me niego a aceptar lo que estoy viendo o escuchando. Es demasiado horrible para poder asimilarlo y mi mente se cierra ante la última tragedia del ser humano.

Yo sigo callado, incapaz de articular palabra, ella sigue hablando y explica que han sobrevivido escóndiendose entre los cadaveres amontonados por las calles. Hace dos o tres días que se les acabó el alimento, y ella ha estado dándo a su hijo los últimos pedazos comestibles que le quedaban.
Me muero, sigue, y tu eres el único ser que puede llevarse a mi hijo lejos de mi. Llévatelo y trata de que sobreviva a este horror, por favor, eres mi última esperanza. Yo ya estoy muerta y deseo descansar sobre el banco en el que te sientas.

A buena parte has ido mujer, pienso, yo también estoy en las últimas. ¿Es que no lo ves?, me repito en voz baja para mi solo.

Callo, no digo nada,¿para que?, ella está sumida en la fiebre y en muy poco tiempo se derrumbará igual que los miles que en este momento lo estarán haciendo. 
Es el fín, pienso, no hay esperanza para el ser humano ni para su mundo. Es probable que no lo merecierámos despues de todo.

Logro incorporarme, agarro al crio de la mano y dejo que su espantosa madre tome mi lugar sobre el banco de madera. 

Ella se tumba de inmediato, cierra los ojos y respira ansiosamente buscando una particula de oxígeno. 
Igual que yo, no puedo más, en una hora o dos estaré caput igual que esta pobre joven que quizás antes fuera atractiva y ahora resulta un auténtico espectro de muerte.
Con alivio escucho los pasos de mi amigo que se acerca a nosotros. Está intrigado con la escena y es seguro que habrá acelerado su paso por ver lo que estaba sucediendo.

Que ocurre, quien es este niño y esa mujer tirada ahí en el banco que ocupabas tu, díme,¿la conoces?. Os he visto hablando hace un momento.
Hablaba ella, yo sigo espantado con su visión, sin palabras para decirle nada.
Se ha echado ahí para descansar y morir. Me, nos ha confiado a su hijo y me ha pedido que nos alejemos de este lugar. No quiere que su hijo vea como muere y dejarle solo para que siga su misma suerte.

Ya somos cuatro, dice Luis, estupendo si siguen agregándose más pequeños o sus padres podemos formar una familia numerosa.
¿Cuatro?.
Claro, ¿no pensarás que voy a dejar ahí tirada a esa mujer?.
Te diria que recogieras al pequeño y a mi me dejaras junto a ella, a descasar y morir, no puedo más. 
Se que tu no puedes llegar a mi casa y por eso sigo, si no me quedaría al lado de ella y nos hariamos compañia esperando el final.
Callate ya, anciano, tu no vas a morir. Cuida del pequeño, ¿podrás darle tu mano y caminar los dos unos ochenta metros?. Tenemos que ir hasta la casa donde viste a los niños, me han pedido que suba, nos abrirán la puerta.

No entiendo nada de lo que dice y no tengo ya fuerzas motivación para entenderle.
Luis abre su macuto, saca dos máscaras de oxígeno, me pasa una que coloco sobre mi cara, la otra se la coloca a la mujer tumbada en el banco exánime, luego saca otra que coloca en la boca del niño. Finalmente me pide la mía y se la coloca el mismo sobre su rostro. Menos mal, pienso, es humano y parece que el esfuerzo de ayudarme le está haciendo mella.

Guarda las máscaras, levanta a la mujer del banco como si fuera una pluma y la coloca sobre su hombro. En el otro lleva el macuto e inicia la marcha hacia no se donde, ah, si la casa. 

Agarro al niño por su mano y le voy arrastrando casi pues no pesa casi nada tampoco. Se le ve francamente desnutrido y camina como un autómata de pequeña envergadura.
Un muñeco roto y renegrido que apesta a suciedad y muerte. Igual que yo supongo, a veces uno mismo no se huele, pero mi olor es seguro tan espantoso como el de esto seres.
Estoy en el Infierno pienso, no puede ser peor que esto por lo que todos estamos pasando, mis pulmones arden. Pareciera que respiro pimienta pues toso sin parar y seguro que ya están en carne viva igual que el de todos.

El pobre niño del que estoy tirando se niega a andar y no puedo cargarle encima pues me faltan fuerzas. Ni tan siquiera llora, jadea, jadea, tose y vuelva a jadear.


Vamos, vamos, amigos que ya queda muy poco dice Luis. ¿Amigos?, que yo sepa soy yo solo pues el crio no se entera de nada y la mujer está desmayada encima de el.


Llegamos a un edificio creo, se acerca al portal y aplasta el botón del portero automático que lógicamente no suena, la costumbre, no obstante vemos que una niña de unos diez o quizás once años está acurrucada próxima a la puerta. Lleva 

una máscara de oxígeno y se incorpora nada más vernos.
Abre la puerta trabajosamente y con un suave empujón de mi amigo franqueamos la entrada.
Tiene que elevar al pequeño que se niega a seguir andando y prácticamente llevo arrastrando.
Seguimos a la niña y comienza el calvario de subir escalones echando los hígados fuera.

Ella anda ligera, lleva su máscara, pero nosotros no podemos seguir su paso y tras largos descansos alcanzamos por último la planta donde está la vivienda. No se cuantos pisos hemos subido, ni me importa, caigo redondo al suelo tras pasar el umbral de la puerta.

Me arrastran y cierran la puerta. De inmediato una mascarilla de oxígeno cubre mi boca y me reanima, gateo hasta mas alla de la puerta, estoy dentro de la vivienda.

Alguien me coloca sobre un sofá, estoy rendido y duermo, estoy fuera ya de este mundo porque sigo respirando sin que mis pulmones quemen, pero no, la dicha dura poco y abro los ojos enfocando la habitación y a la gente que ocupa las sillas.


No está la mujer la pobre mujer astrosa ni tampoco su hijo, ¿lo habré soñado?. Parece que no lo he soñado pues mi amigo me informa que están tumbados en otra habitación con una buena ración de oxígeno en sus pulmones y algo de alimento en sus estómagos.


Enfrente tengo a la niña de diez años y otro crío que parece su hermano, tendrá cinco o de seis años y se les ve saludables. Pálidos pero no en demasiado mal estado.


Según me entero han perdido a sus padres y a su abuelo, están solos y desean abandonar la casa.


Espera, espera, amigo. No me entero de nada, vuelve a empezar por favor le contesto a Luis.


Que te lo cuente la niña, Emiliano, me replica Luís. Mejor aún Laura, dále la mano y le llevas tu sabes donde para que tome conciencia de la situación.


Dicho y hecho, me incorporo, toma mi mano y me lleva a una habitación donde tres adultos están tumbados en la cama. Muertos, y bien muertos por su color y por el olor que inunda la habitación.

La niña no se inmuta, ha visto y sufrido demasiado, ha estado sola con su hermanito con este panorama en casa.
Salimos de inmediato, yo no puedo resistir la vista de esos cuerpos que empiezan a descomponerse y ella me va contando que son sus papás, y su abuelo.

Sus papas decidieron dejar las reservas de oxígeno a sus hijos, esperaban que llegara su abuelo que traería más asi como alimentos. Deseaban abandonar la casa y la ciudad cuanto antes.

El abuelo era un coronel que sabía donde encontrar provisiones, máscaras, oxigeno, armas, y un plano que pudiera guiarles para atravesar Madrid y el resto de España, parando en sitios donde hubiera algún tipo de orden, restos de un gobierno, y soldados que acataran las ordenes de sus superiores.

Se retrasó mi abuelo demasiado, dice la niña, y mis papás decidieron darnos las mascarillas que previamente habían recibido de el, de mi abuelo, se tumbaron en la cama y ahí están, quietos sin moverse.

El abuelo llegó muy enfermo, no sabemos que le pasaba, nos dijo que esperaramos aquí protegidos, con mas mascarillas, que saliéramos a la terraza y atrajeramos la atención de alguien que pudiera ayudarnos a salir de aquí. Nos escribió un papel para dar a la persona que subiera y que seguramente nos ayudaría a salir de aquí, con las provisiones y con las mascarillas que el traía.
Se tumbó en la cama tosiendo, escupiendo sangre, y ahí se quedó dormido al poco tiempo.
Mi hermanito y yo nos hemos quedado solos, nuestros padres no despiertan, están muertos, nos encontramos muy tristes y esperamos que vosotros podrías ayudarnos

tal y como no dijo mi abuelo.

Callo y escucho a la niña, parece lista y confiada en unos extraños que acaba de conocer, me maravilla su sangre fría al contar unos hechos que a cualquier otro niño le hubieran sumido en el silencio y desesperación.

A ella no, desea sobrevivir, tiene claro que tiene que salvar a su hermanito, se siente responsable de el y ese sentimiento le otorga madurez.

¿Que años tienes? le pregunto, y ella me dice que once para doce en seis meses.


Es una mocita menuda y flacucha, pero si, puede que sean sus años por la calma que aparenta.


Mi hermano tiene seis, me dice, antes de que yo le pregunte.


Maravilloso, pienso, ya somos familia numerosa y me siento de inmediato a descansar en cuanto veo una silla propicia para aguantar mi peso.


Capitulo 13

Vuelvo a tener una familia a la que cuidar, la idea se abre paso en mi cansado cerebro y reaviva sentimientos ya pasados.
Veo a mis tres hijas de pequeñas rodeándome esperando jugar a "pies quietos" y me embarga la felicidad ya pasada.
Tres hijas de las que ahora no se nada, no hay forma de comunicarme con ellas pues cada una se marchó a un lugar diferente y lejano.
Ya son mujeres adultas con una vida plena de satisfacciones personales. Eligieron su lugar de residencia acorde con sus trabajos y ahora afortunadamente para ellas no residían en Madrid.
Todo este tiempo he confiado en que estén vivas, a salvo, alejadas de estas enormes megalópolis en las que sobrevivir se había convertido en una dura labor.

La mas joven reside en una capital del Norte de Europa, muy cerca de los bosques que siguen en pie proporcionando el necesario oxígeno que nos llega a cuenta gotas. 
Fue allí porque no le gustaba el trabajo que estaba haciendo en Madrid y ahora trabaja en una universidad Danesa de bióloga. 
Es posible que la hayan contratado para estudiar el fenómeno genético que destruye toda la flora y esté a salvo con otro staff de biólogos y científicos empeñados en desentrañar el enigma que asola nuestro mundo.
La mayor abandonó Madrid después de casarse por un motivo semejante. Ni a su chico, ni a ella misma, les gustaba la vida en la gran ciudad y hace casi veinte años cambió su vida ciudadana por otra mas tranquila en una isla poco poblada con un paisaje y una vida natural impresionante.

Nada se sabe de lo ocurrido allí, es posible que esta contaminación pestilente no les haya alcanzado y puedan sobrevivir al cataclismo general de una civilización tecnológica irrespetuosa con su medio ambiente.
Nuestra otra hija, la mediana, perdió el contacto con nosotros hace algún tiempo, eligió estar alejada de todo lo que le recordara su pasada vida con padres y hermanas, pero sabemos que está feliz, con trabajo, y lejos de esta vida de ciudad enorme que nunca le gustó.

+++++++

Me zarandean, despierto y escucho que me llaman, despierto de mi duerme vela y caigo en la cuenta de que no estoy en casa. 
Comienzo a recordar la pesadilla en la que se ha convertido mi vida y escudriño a las personas que me rodean.

Dos pequeños y una casi adolescente, un joven alto, fuerte, decidido, y una mujer desconocida que me observa con atención.
¿Quien es esta joven que me mira con descaro y un cierto agradecimiento en su mirada?.

No puede ser la mujer astrosa y sucia que me tocó cuando estaba sentado en el banco de madera esperando a mi nuevo amigo. ¿O si lo es?.
No se como lo han hecho pero la suciedad ha desaparecido de su rostro y ha cambiado sus vestidos por otros impecables. El nauseabundo olor que le rodeaba tampoco está y su aspecto es el de una joven muy delgada, famélica casi pero atractiva.

Pongo atención a lo que dicen.
¿Hola como estás?. Soy Lucía y te agradezco lo que has hecho por mi hijo.
¿Que he hecho?
Nada en realidad, arrastrarle con gran esfuerzo de una mano y conducirle aquí, donde estamos ahora, y ¿donde estamos?.
Voy tomando conciencia de la realidad, del lugar donde he estado dormido, de los cuerpos que hay en el dormitorio, del grandísimo dolor de mis pulmones, de mi necesidad de respirar, de comer, de beber, y sobre todo mi absoluto deseo de ver a mi esposa, abrazarla, besarla, decirle que la quiero mas que a nada en el mundo, y no separarme jamás de su lado.

El deseo de verla, cuanto antes, se abre paso sobre todas la carencias que atormentan mi cuerpo y mi espíritu.

¿Cuando nos vamos?, pregunto y trato de incorporarme inútilmente, caigo en el sofá de nuevo y la desesperación me inunda al sentir un cuerpo viejo y desgastado que ya no sirve para casi nada.

Tranquilo, descansa, vas a comer y beber algo para recuperar tus fuerzas, tenemos oxígeno de sobra para purificar nuestros pulmones.
¿Como crees que has podido dormir varias horas? 
Si no hubiera sido por el oxigeno que el abuelo de estos niños trajo para ellos, todos estaríamos ya muertos.

El estaba muy enfermo, cuando vio a su hijo muerto junta a su nuera prefirió abandonar, dejo una carta que luego puedes leer, resulta muy descriptiva del caos y da pistas para escapar de esta ciudad.
Estoy leyendo la carta de un desconocido que yace muerto tumbado en una cama de un apartamento extraño.

Esta dirigida a persona o personas de buena voluntad y les pide que se hagan cargo de sus nietos y traten de salvarlos de un mundo que agoniza.

"A quien puede leer esta carta le suplico se haga cargo de mis dos nietos y trate de salvarse junto a ellos.
Aquí ya no hay esperanza, el gobierno junto al gabinete de crisis no existe. Han abandonado sus puestos y han huido junto a sus familias tratando de llegar al Norte.
Desde Bruselas les han sugerido hacerlo y formar un gobierno central en el norte de Europa que trate de coordinar el éxodo de decenas de miles de europeos que abandonan sus países y tratan de llegar a zonas boscosas como sea.
No hay víveres ni mascarillas de oxigeno para todos, ni tan siquiera para uno de cada mil ciudadanos.
Han muerto cientos de millones de personas refugiadas en sus casas o en mitad de las calles.
Nada se puede hacer para remediarlo o aliviar el sufrimiento de estas personas.
El mundo que conocíamos se acaba. Esperemos un nuevo resurgir del ser humano mas consciente de respetar el entorno en el que vive.
Posiblemente la población del planeta quede reducida a unos pocos millones o incluso menos de seres humano.
Mi esperanza es que TU que lees esta carta puedas sobrevivir y conducir a mis dos nietos junto a ti para que ambos forméis parte de los supervivientes.
Dejo diez mascarillas y unas decenas de recipientes de oxígeno, junto a suficientes víveres para sobrevivir al menos un mes.
También he hecho un plano de los lugares a los que podréis acudir en busca de cobijo o ayuda. 
Espero que sigan funcionando.


Soy militar y biólogo, formaba parte del Gabinete de Crisis de este país, al quedar desecho he acudido a casa de mi hijo demasiado tarde, y le encuentro muerto. 
Habían dejado las reservas a sus hijos con la esperanza de que yo acudiera a rescatarles.
No puedo soportar mas este infierno, además estoy sentenciado con un cáncer que acabará con mi vida en un lapso muy pequeño de tiempo.

Yo no puedo salvarles.
A quien lea esta carta le ruego salve a mis nietos, ellos igual que otro pequeños pueden ser la esperanza de un mundo nuevo".
Estoy emocionado y aterrorizado por lo que describe este hombre que ha dejado su última esperanza en manos de desconocidos.

El universo que conocíamos está sentenciado. No hay gobierno, ni orden, ni esperanza para los que permanezcan en este país.
Lo sospechaba, pero no hasta este grado, sigo soñando despierto una pesadilla que no acaba.

Salvar a los niños pide, ¿como?. Ha dejado planos con indicaciones de los lugares a los que acudir en un teórico éxodo hacia el Norte, y me pregunto si quedara alguien en ellos o solo es una esperanza que ya se ha desvanecido.
Vamos, vamos, hay que marcharse me comenta mi compañero. Todos estamos preparados para abandonar la casa cuanto antes.
Iremos primero a tu casa, recogeremos a todos y pondremos rumbo al Norte tratando de salvar nuestras vidas.


Las vuestras, pienso, pero callo y me incorporo de inmediato.
Me han alimentado, he descansado, he respirado aire sano, sigo haciéndolo y pareciera que he recuperado parte de mis fuerzas.
En breve tiempo estaré viendo y abrazando a mi querida esposa, es lo único que deseo en estos momentos.







el gatufo