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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

lunes, 19 de marzo de 2018

RESIDENCIAS O CENTROS







Hoy llegó el día para decir adios al Centro de Ancianos San Luis Gonzaga en Majadahonda - Madrid.

Cuca ya no está allí desde finales de Febrero pero hoy tuvo que ir su marido, yo, para recoger la liquidación a su favor por días no permanecidos y devolución de la fianza.

Hoy ha sido un día para dar simple y llanamente las gracias a esas personas que durante casi dos años han cuidado de Cuca.

Lo han hecho muy bien, sobresaliente diría yo, Cuca llegó a esta Residencia de San Luis Gonzaga de Majadahonda en un estado francamente malo, muy deteriorada físicamente aunque NO mentalmente.

Su capacidad cognitiva era y sigue siendo excelente, lo era cuando llegó allí lo que pudo servirle para adaptarse a una situación para muchos ancianos penosa, triste o disconforme, como quiera llamarse.

Algunos están contra su voluntad, no se les dijo de una forma comprensible para ellos que era necesario su ingreso y de esa manera nunca llegan a aceptar permanecer fuera de sus casas sea como sea el lugar.

San Luis Gonzaga a mi entender y según mi experiencia de dos años es un Centro mas que bueno, Cuca se adaptó tras cuatro o cinco meses a la Residencia de una forma estupenda.
Se sintió querida, respetada, y lo que es sumamente importante "entendida" por prácticamente la totalidad del personal.

Entendida, respetada e incluso querida por su directora Fátima, por las tres doctoras que se turnan y permanentemente están allí, yo personamente traté mucho a Rosa, un encanto de persona de origen Cubano y con muchos años en España.
Rosa y sus colegas entendieron muy bien a mi esposa, era complicado teniendo en cuenta su dolencia "esclerosis múltiple" con mucha espasticidad, caidas de tensión y sobre todo con episodios de "neuralgias del trigémino".






Que decir de la trabajadora social, Laura, y del rehabilitador Christian que han sido como angeles custodios para Cuca.

Lo mísmo puedo decir de las trabajadoras que atienden la recepción y el teléfono, Laura, Pilar, Maria, Adelisa y alguna más o en mi caso significativamente por mis numerosas llamadas.
Durante dos años he llamado "todos los días a Cuca" sobre las dos de la tarde, es decir mas de setecientas llamadas que siempre con mucha cordialidad me fueron pasando con suma amabilidad para que hablara con ella.
Era el hábito establecido ya por sistema y a ninguna de las personas que atendieron el teléfono les extrañaba.
Gracias, gracias amigas.

A Cuca y a mi nos ha dado pena y tristeza cambiar de Residencia pero estaba muy alejada de mi domicilio para poder visitarla todo lo que su marido hubiera deseado.
Tres horas largas de trayecto hasta Majadahonda son demasiadas horas
aparte de una caminata que en verano ha sido realmente muy dura.

Dice el refrán que "cada uno cuenta la feria como le fué en ella" y a nosotros esa feria, la permanecia en esta Residencia nos ha ido muy bien.
Cuca se sintio querida por todos los auxiliares, mujeres y hombres que la atendieron en estos dos años.
Podría mencionar a muchos, hablé con ellas y ellos, pero no deseo olvidar a nadie pues sería injusto por mi parte.

Gracias a todos, ella y yo siempre os vamos a recordar con cariño y respeto hacia el importante trabajo que realizais.
No se valora lo suficiente, debiera estar mucho mejor remunerado, pero eso es algo que se escapa de mi competencia.
Habría que mejorar todos los salarios y con mayor razón el vuestro que tratais personas en la última etapa de su vida.
Trabajo duro, abnegado, incompredido a veces que yo desde aquí aplaudo y os agradezco.




Para mi, su marido, ha sido una experiencia nueva y aleccionadora, he entendido mucho mejor el sufrimiento de llegar a estar total y absolutamente incapaz por la edad o por la enfermedad. He aprendido a respetar a esas personas de aspecto penoso pero personas ante todo que merecen cariño y consideración. Hablar con ellas, saludarles, como estas, coger su mano, darles en una palabra afecto.

Creo que me he hecho mejor persona tras mis visitas a Cuca y permanecer a veces siete horas dentro de la Residencia.
No me asusta igual que antes hacerme viejo e incapacitado, miro de frente a estas personas que quizás han vivido demasiado pero merecen de sobra ser cuidados.

Adios hasta siempre pues así será vuestro recuerdo, el de mi esposa Cuca y el mío.








emiliano


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