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Mi mas oculto deseo fue siempre ser escritor y aprender varios idiomas. He llegado a defenderme bien en Ingles y chapurrear algo de Frances. El cine y la fotografia me fascinan. La música, de todo tipo, ha sido siempre mi relax. La amistad la valora mas que a nada en la vida.

domingo, 26 de marzo de 2017

PRINCIPIO DEL FIN 1º



Frente al Parlamento sobre el Puente de Westminster


Las fotos que ilustran esta breve historia apocaliptica, tomadas por emiliano hace dos años, son un homenaje para las victimas y sus familias de este absurdo y cruel antentado en Londres, Westminster, que ha causado tanto dolor en todos nosotros y en especial a las familias y amigos de los asesinados.
Todos los amantes de la paz y de esta ciudad única por su belleza, sinónimo de Democracia, nos sentimos unidos a los Londinenses en su dolor.
Yo en especial me siento unido a los guardias desarmados que custodian las puertas del Parlamento, amables, cordiales, figuras inseparables de ese vetusto símbolo que con suma cortesía se prestaron a posar conmigo y a que les tomaran una foto con emiliano cuando estuvo allí admirando el Parlamento.
Gracias amigos siempre os voy a recordar  en especial a  Keith Palmer, heroe asesinado que entregó su vida tratando de ser obstaculo para el agresor.
Mis oraciones van siempre para el su familia y las otras víctimas de la sinrazón.

emiliano

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Primer capitulo.

Siguen cayéndo las ramas de árboles centenarios o jóvenes, matando gente que pasea por debajo de ellos, e incluso han comenzado a caer árboles enteros de repente, sin ninguna explicación a este fenómeno tan inquietante e insolito.
Nadie sabe la razón, sin motivo aparente se derrumban como si de un infarto se tratara, pero los arboles no tienen corazón, o si lo tienen a su manera?.
Enormes pinos caen sin cesar aquí, allá, y el estruendo es continuo, sobrecoge, que está pasando se preguntan las gentes que presencian estos hechos tremendos de una Naturaleza que se destruye a si misma.


Es el preludio de lo que está por venir?. Será que nuestro mundo acabará así, primero caen los árboles, unos pocos aquí otros allá y cada día que pasa se extiende la pandemia que consume el entorno arbóreo dejando a los seres necesitados de oxigeno sin aire purificador en su pulmones.

Algunos profetas del horror pronostican ya el fin de la raza humana, y claman por que nos arrepintamos de nuestros pecados.
Lo de siempre, pensamos los escepticos entre los que me cuento, siempre sucede algo parecido cuando hechos inexplicables asolan alguna parte de nuestro mundo. 

En las ciudades y pueblos los alcaldes no saben que hacer, tratan de tranquilizar a sus vecinos diciendo que han revisado los caídos y están aparentemente sanos, lo que resulta todavía mucho mas inquietante.

Sanos? pregunta todo el mundo, como van a estar sanos si se caen fulminados al suelo y matan a todo el que pillan debajo.
Ovejas, vacas, personas, gallinas, todo es aplastado bajo su peso.
Ya nadie puede evitar mirar hacia arriba cuando está debajo de los árboles, caerán encima de mi?, nos preguntamos todos.

No suelo salir de casa con frecuencia y los dos árboles que tenía frente al mirador los talaron hace dos años, me causo pena ver como los serraban y dejaban el tocón en tierra.

Hoy casi me alegro de no verlos, temería que cayeran contra los cristales y produjeran un estropicio.
Mejor así, esperar, no salir, alguna explicación habrá me digo a mi mismo.

La esperamos en vano pues no la tienen y no pueden darla, y el fenómeno de los árboles que caen se va extendiendo fuera de las ciudades, se propaga al campo, a otros paises y el terror ante semejante tragedia global e inexplicable comienza a cundir por todas las regiones del planeta.

Esta masacre arborea nos estará avisando una catástrofe cercana en la que la tierra protesta por la intrusión humana antinatural?. 
El hacinamiento en las ciudades, la aniquilación de millones de plantas por el asfalto inhumano y antinatural de autopistas, carreteras y masivas poblaciones con calles que ya no respetan la tierra ni a los animales, e incluso se elimina el césped natural sustituyéndolo por una masa informe verde que imita lo inimitable de la naturaleza.
Alarma generalizada es lo que se está produciendo ante la falta de una explicación razonable.

No es natural, será una enfermedad que ataca a toda la floresta del planeta y está diezmando la masa forestal?, es la pregunta que se hace en los medios, tertulias, e incluso en las familias. 


Como pueden caer árboles centenarios dejando sus raíces al descubierto, la tierra levantada y el pavor de todo aquel que lo ve o lo escucha por los grandes estruendos del derrumbe inexplicable para las gentes del campo y la ciudad.


Que se anuncia con estos hechos?.


Tratan de tranquilizarnos diciendo que parará, que es transitorio, no se tiene constancia de un hecho semejante y ante la falta de criterio o pruebas científicas que avalen la teoría de una enfermedad arbórea la gente especula, los medios especulan, y el terror se extiende como una gran mancha de aceite que va anegando la tierra según van cayendo gigantes centenarios que nada les había afectado antes.


+++++


Hay quien anuncia el fin del mundo y proclama que nos preparemos para el desastre total, la extinción de vida en la Tierra.

Inventan frases inexistentes de las escrituras, y nos van saliendo profetas en cualquier sitio.

"Vendrán males que asolarán la tierra" y 

el Armagedón anunciado en la Biblia es lo que nos viene a todas las mentes.

Constantemente se escuchan teorías o amenazas de como va a evolucionar esta catástrofe natural. Nos piden que imaginemos a los arboles cayendo porque ya no encuentran el ambiente adecuado para su desarrollo. Caerán sin parar, primero en una zona del mundo, como ya sucede, luego en todos los otros lugares, no hay región o país que se libre y finalmente no quedará un solo árbol en el todo el globo terráqueo.

La vida de los seres que necesitan esos árboles se irá extinguiendo con ellos.

Nosotros mismos necesitamos los árboles para purificar la atmósfera, para respirar, y se preguntan los expertos de turno: ¿cuanto duraría el oxigeno necesario para millones de seres que habitan este planeta?. 


Imposible de concebir una vida para los pájaros, ardillas, seres humanos y toda clase de animales que necesitan la masa forestal para sobrevivir, para respirar, para cubrirse de los implacables rayos del sol, para que llueva, para que las aguas se vayan regenerando.


Quién quedaría en el mundo? Difícil imaginarlo.

Sin lluvias, sin plantas, sin animales, cuanto tiempo tendría que pasar para que la desolación absoluta y total se adueñara de toda la tierra.

Poco en realidad, muy poco, y los que fueran sobreviviendo devorarían a los suyos propios al no tener que comer.

Los pantanos se irían secando, los ríos dejarían de fluir, y la sed ardiente se haría implacable.
Finalmente la muerte para casi todos los seres vivos que dependen de la floresta, la lluvia, el agua, y el oxígeno.

Posiblemente las cucarachas, u otros insectos podrían sobrevivir?

Quien lo sabe, aunque es probable que estos seres también necesiten de los árboles para devorar sus hojas, poner sus huevos, huir del frio o el calor extremo, y sobre todo respirar.

Que otra alternativa buscarían para sobrevivir y ser los únicos seres vivos de una tierra marchita y desolada?.


Ante la ausencia de pájaros insectívoros, los insectos se propagarían por millones al menos de momento, acabarían con todo haciendo imposible otra clase de existencia.


Y así se siguen las especulaciones de los mal llamados expertos que nos están poniendo ya los pelos de punta.

El miedo se extiende todo comienza a ser caótico, cada cual trata de atrincherarse en sus casas, velar por sus vidas, procurarse lo estrictamente necesario y poco más.

Las muertes por aplastamiento se cuentan ya por millares. 

Al principio socorrían a los heridos, recogían a los muertos bajo las ramas, ya no se da a basto y nadie se atreve a internarse en una zona boscosa.
Los cadáveres de animales y humanos  se pudren bajo las ramas y el olor es irresistible.

Igual que minas diseminadas por la tierra, que explotan cuando se las pisa, los árboles caen sin avisar aplastando todo aquello que les rodea.


Algunos huyen a terreno abierto, despejado, desértico incluso, pero los alimentos van escaseando,las carreteras están impracticables con miles, millones de arboles caídos que impiden es paso por ellas.

Solo circularcampo a través es posible, los suministros escasos para mantener las poblaciones pobremente abastecidas, y ya nadie piensa en otra cosa mas que sobrevivir ante lo desconocido y esperar, esperar que todo pase.


Han acabado las contiendas pues quien se preocupa de hacer una guerra cuando todo parece que se destruye


Todo esto es una mera especulación ante algo que está sucediendo en mi ciudad.
Decenas de ramas han caído este verano, han muerto dos o tres personas, arboles que se derrumban de repente sin saber el motivo y el ayuntamiento que promete revisar los cientos de miles de árboles que crecen en Madrid.

Alguien puede creer que esta revisión puede hacerse?.

Yo lo dudo, y pienso que debemos cuidar mucho mas nuestro entorno u otras generaciones vivirán situaciones imposibles de concebir.

Duerman bien, sin pesadillas, y miren hacia arriba cuando paseen bajo los árboles.

Capitulo 2

Decido salir a la calle, ha pasado una semana desde mi última escapada y a penas quedan existencias en la casa, mi gato se está quedando sin su comida y continuamente se lamenta.

El pobre no entiende nada de lo que pasa. Mi esposa me ruega que no salga, tiene mucho temor a lo que me pueda pasar, y prefiere consumirse sin comida antes que perderme.


Ella no puede moverse, está en silla de ruedas y necesita que alguien la empuje, le ayude a incorporarse si quiere sentarse en cualquier otro lugar y a duras penas puede ponerse en pié.


Hemos racionado la comida hasta límites insospechados pero se acaba. 


Ya no hay especulaciones catastróficas en los medios. 

Han sido controlados por los Gobiernos y el ejercito se ocupa de seguir las pautas necesarias para que no cunda el pánico.

Lo controlan todo, supermercados, comunicaciones, limpian algunas carreteras removiendo miles de árboles que impiden el paso de los camiones con suministros.

Hay gabinetes de crisis por doquier que se afanan en atajar la catástrofe medio ambiental que supone la pérdida de la masa forestal.

No nos dicen lo que puede pasar en las selvas del Amazonas y otras parecidas que son los pulmones de planeta.


El terror es general, el ejercito circula por las calles de Madrid y trata de controlar que no haya pillajes o tumultos.


Estoy en la calle y la vista es desoladora. No hay lugar donde algún árbol no esté caído habiendo aplastado coches, estructuras, tejados y produciendo infinidad de bajas entre peatones desprevenidos.

No hay cuerpos, los han ido retirando ante la ausencia de peligro físico de derrumbes,no queda árbol en pié,  y hay mas que peligro de epidemias. 
Nada se comenta del número de bajas entre la población pues no quieren que el pánico sea aún mayor de lo que ya es.

¿Donde voy?, pienso, lo mejor acercarme a alguno de los supermercados conocidos. 

El primero está abierto custodiado por la policía, una interminable fila de gente se agolpa para ir entrando. 
La hilera de personas da la vuelta a toda la manzana, y grandes carteles anuncian que deberán llevarse los D.N.I. de las unidades familiares o personas que convivan en un solo piso para administrar los alimentos que lógicamente están ya racionados.

El orden existe, al menos de momento, y eso me tranquiliza.

Llamo a mi esposa por teléfono y le cuento lo que he visto, le digo que permanezca tranquila, que voy a tardar mucho pues tendré que esperar la fila, y que todo va bien pues llevo los D.N.I. el suyo y el mío. 

Me dice que no me preocupe por ella, que está bien, y que esperará todo lo que haga falta.


Con paciencia me pongo en la fila, saco mi kindle y comienzo a leer procurando calmar mis ánimos.

No se si para comprar la comida de Gatufo tengo que llevar algún documento que acredite su identidad y que vive con nosotros.
Si no puedo tendremos que compartir con el la nuestra, no habrá problema alguno.

En la fila observo que hay toda clase de personas, mayores, jóvenes, hombres y mujeres a veces en parejas, casi todo el mundo guarda silencio o trata de escuchar noticias en la radio.


La policía y el ejercito han impuesto un gran respeto, se guarda el orden y no hay, que yo sepa ninguna clase de tumulto.

Cuando comenzó el pánico si lo hubo, luego los gobiernos Europeos fueron tomando medidas conjuntas y se recupero el orden en las calles.

Ahora la gente calla y susurra en voz baja las últimas noticias que nunca suelen ser ciertas.

Vienen filtradas por los gobiernos y en realidad no dicen nada de lo que está pasando.

¿Hasta donde llega la plaga de los "áboles y matorrales caidos" ?. No se comenta, han encontrado algún remedio o explicación?. Tampoco se comenta.

Solo se dan noticias regionales o nacionales, lo que ocurre en los países de Europa que sufren iguales consecuencias y toman similares medidas que nosotros.

Hay un gran gabinete de crisis en Bruselas, que dicta las normas de lo que es preciso hacer en los diferentes países de la Unión.

Nada más se dice o se comenta, el hermetismo es total.

Es muy posible que traten de que no se produzca una estampida general, huyendo de las zonas desoladas del continente Europeo y marchando por avión o cualquier otro medio de transporte hacia zonas que se hayan librado de la tragedia de los árboles.


Habrá alguno?, me pregunto, o esto es absolutamente global.


Yo no lo se, nadie de mi entorno lo sabe, pero imagino o deseo pensar que no, las consecuencias serían demasiado horribles en un corto plazo.

No vemos a nadie que salga, lo harán por la otra puerta, de esa forma no sabemos lo que se llevan.

Es de suponer que a medida que van pasando

los primeros de la fila los suministros se van acabando. Nadie puede controlar las existencias si no saben cuantas personas van a acudir a comprarlas.

Llevo una lista de lo que nos hace falta, siempre la he llevado antes y ahora con mas motivo. 

La repaso mentalmente para no pensar en otra cosa. 
Procuro no hablar con nadie y escuchar lo que comentan los otros.

Miedo es lo que dejan entender todas las conversaciones. No hay explicación posible a lo que está sucediendo, y el espectáculo de ver todos los árboles que había en el paseo, caídos en el suelo no es una imagen tranquilizadora.

Han apartado los que había en la calzada pero casi no pasan coches. La gente comienza a ahorrar combustible por temor a lo que esté por venir.

Y esa el la gran pregunta que nos hacemos todos, ¿cuando parará esto?, que veremos en un mes o incluso la semana que viene?. Seguirá todo parecido, controlado, o ya estaremos sumidos en el caos?.
Prefiero no especular dentro de mi cabeza pero es inevitable. Cuando bajo la guadia los pensamientos apocalípticos vienen a mi mente y trazo planes para afrontar la catástrofe. 

No se me ocurre nada, no tengo coche, mi esposa está casi incapacitada, no puede andar, a penas incorporarse, donde voy o que hago si todo empeora?. Otra vez me digo, mejor no lo pienses, vive hoy, afronta hoy lo que tengas que hacer, mañana será otro día con otros problemas que tendrás que ir solucionando.

Eso es todo, no hay más, por muchos planes que quieras hacer siempre la realidad será otra diferente de la que ha pensado o previsto.
La puerta de entrada va estando más próxima, miro el reloj, cuanto tiempo ha pasado?. Dos horas, tampoco ha sido demasiado e incluso pensaba que estaría más.

Es una mala señal, pienso otra vez sin poder evitarlo, es una prueba clara de que se acaban los alimentos y la gente tarde menos porque ya casi no pueden llevarse de nada.

Calla, no pienses me digo, ya has empezado otra vez a suponer lo peor.


Pero es cierto, lo compruebo en cuanto entro, las estanterías están casi vacías, y en cuanto llego a donde recogen las notas de lo que deseamos llevarnos van tachando mas de la mitad de lo que yo había escrito.


Puedo llevar arroz, algo de leche, alubias, pasta, jabón, huevos, y poco más.

No hay verdura, ni fruta, no hay pescado, ni carne, ni queso, a penas aceite o azucar, consigo una botella y un kilo solamente, tampoco quedan patatas, total que no se como nos vamos a arreglar para una semana.

Es lo que me dicen, me sellan un papel en el que especifican lo que llevo, la fecha, y que mi próximo suministro puedo hacerlo en una semana. Lo registran en el ordenador y me dicen claramente "que no trate de ir a otro supermercado" pues está prohibido por una ley reciente. 

Si intento hacerlo pueden detenerme y no entregarme ya mas suministros.

Estoy anonadado, esto es mucho peor de lo que pensaba, no es de extrañar que salgamos por otra puerta fuertemente custodiada y nos indican que no comentemos nada con nadie de todo lo que nos han dicho.
La gente que espera fuera podría amotinarse, y se podría originar un gran tumulto, pero es lo que hay y gracias que lo racionan para que alcance a la mayor cantidad de personas.


Yo también comienzo a sentir el temor, miedo a lo que está por venir y un sudor frío comienza a brotar de mi frente.  

Que le voy a dar a Gatufo, arroz?, un poco de embutido, jamón de york que a el le gusta, pero es un producto que caduca,  y luego?.

Antes de salir me dirijo a uno de los encargados de distribuir lo que han ajustado y le pregunto si tienen comida de gato.

Siento un gran alivio cuando me dice que sí, que le enseñe la cartilla del minino, la mira, la sella, y se marcha. 
Llega con un saco de comida, no demasiado grande, y algunas latas.
Para una semana, me dice, antes no puede venir asi que racione al gato todo lo que pueda.

Gatufo está salvado, respiro y me tranquilizo, al menos el gato comerá y son buenas noticias.


En silencio salgo del supermercado y tratando de casi esconder los productos voy mirando a un lado y a otro temeroso de que me los puedan robar.


¿Que puedo hacer si eso sucede?


El temor se masca entre quienes esperamos entrar en el supermercado, se habla en voz baja pues no queremos poner nerviosos a los soldados o policías que nos miran con cara aviesa y custodian la fila.
No vemos a nadie que salga, lo harán por la otra puerta, de esa forma no sabemos lo que se llevan.
Es de suponer que a medida que van pasando

los primeros de la fila los suministros se van acabando. Nadie puede controlar las existencias si no saben cuantas personas van a acudir a comprarlas.

Llevo una lista de lo que nos hace falta, siempre la he llevado antes y ahora con mas motivo. 

La repaso mentalmente para no pensar en otra cosa. 
Procuro no hablar con nadie y escuchar lo que comentan los otros.

Miedo es lo que dejan entender todas las conversaciones. No hay explicación posible a lo que está sucediendo, y el espectáculo de ver todos los árboles que había en el paseo, caídos en el suelo no es una imagen tranquilizadora.

Han apartado los que había en la calzada pero casi no pasan coches. La gente comienza a ahorrar combustible por temor a lo que esté por venir.

Y esa el la gran pregunta que nos hacemos todos, ¿cuando parará esto?, que veremos en un mes o incluso la semana que viene?. Seguirá todo parecido, controlado, o ya estaremos sumidos en el caos?.


Prefiero no especular dentro de mi cabeza pero es inevitable. Cuando bajo la guardia los pensamientos apocalípticos vienen a mi mente y trazo planes para afrontar la catástrofe. 

No se me ocurre nada, no tengo coche, mi esposa está casi incapacitada, no puede andar, a penas incorporarse, donde voy o que hago si todo empeora?. Otra vez me digo, mejor no lo pienses, vive hoy, afronta hoy lo que tengas que hacer, mañana será otro día con otros problemas que tendrás que ir solucionando.

Eso es todo, no hay más, por muchos planes que quieras hacer siempre la realidad será otra diferente de la que ha pensado o previsto.
La puerta de entrada va estando más próxima, miro el reloj, cuanto tiempo ha pasado?. Dos horas, tampoco ha sido demasiado e incluso pensaba que estaría más.

Es una mala señal, pienso otra vez sin poder evitarlo, es una prueba clara de que se acaban los alimentos y la gente tarde menos porque ya casi no pueden llevarse de nada.

Calla, no pienses me digo, ya has empezado otra vez a suponer lo peor.


Pero es cierto, lo compruebo en cuanto entro, las estanterías están casi vacías, y en cuanto llego a donde recogen las notas de lo que deseamos llevarnos van tachando mas de la mitad de lo que yo había escrito.


Puedo llevar arroz, algo de leche, alubias, pasta, jabón, huevos, y poco más.

No hay verdura, ni fruta, no hay pescado, ni carne, ni queso, a penas aceite o azucar, consigo una botella y un kilo solamente, tampoco quedan patatas, total que no se como nos vamos a arreglar para una semana.

Es lo que me dicen, me sellan un papel en el que especifican lo que llevo, la fecha, y que mi próximo suministro puedo hacerlo en una semana. Lo registran en el ordenador y me dicen claramente "que no trate de ir a otro supermercado" pues está prohibido por una ley reciente. 

Si intento hacerlo pueden detenerme y no entregarme ya mas suministros.

Estoy anonadado, esto es mucho peor de lo que pensaba, no es de extrañar que salgamos por otra puerta fuertemente custodiada y nos indican que no comentemos nada con nadie de todo lo que nos han dicho.
La gente que espera fuera podría amotinarse, y se podría originar un gran tumulto, pero es lo que hay y gracias que lo racionan para que alcance a la mayor cantidad de personas.


Yo también comienzo a sentir el temor, miedo a lo que está por venir y un sudor frío comienza a brotar de mi frente.  

Que le voy a dar a Gatufo, arroz?, un poco de embutido, jamón de york que a el le gusta, pero es un producto que caduca,  y luego?.

Antes de salir me dirijo a uno de los encargados de distribuir lo que han ajustado y le pregunto si tienen comida de gato.

Siento un gran alivio cuando me dice que sí, que le enseñe la cartilla del minino, la mira, la sella, y se marcha. 
Llega con un saco de comida, no demasiado grande, y algunas latas.
Para una semana, me dice, antes no puede venir asi que racione al gato todo lo que pueda.

Gatufo está salvado, respiro y me tranquilizo, al menos el gato comerá y son buenas noticias.


En silencio salgo del supermercado y tratando de casi esconder los productos voy mirando a un lado y a otro temeroso de que me los puedan robar.


¿Que puedo hacer si eso sucede?



Volvere a pasear por aquí muy pronto

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